¿Puede la infancia influir en desarrollar psicosis en la adultez?
Un estudio reciente analizó los datos de más de 349 mil personas en 45 países a lo largo de 40 años. La conclusión es clara: las experiencias adversas en la infancia aumentan significativamente el riesgo de desarrollar psicosis más adelante en la vida.
Esto no es casualidad, es un patrón que se repite a nivel global.
¿Qué es una adversidad infantil?
Hablamos de experiencias dolorosas, traumáticas o dañinas vividas antes de los 18 años, como:
- Abuso emocional, físico o sexual.
- Negligencia emocional o física.
- Separación de los padres.
- Pérdida de figuras cuidadoras.
- Bullying o discriminación.
Estos eventos no solo dejan huellas emocionales, sino que afectan el desarrollo del cerebro y la regulación emocional.
El vínculo con la psicosis
El estudio encontró que haber vivido adversidad infantil multiplica casi por 3 la posibilidad de desarrollar psicosis.
¿Qué significa esto? Que las personas expuestas tienen muchas más probabilidades de experimentar síntomas como delirios, alucinaciones o pensamientos desorganizados. Y lo más destacable: todos los tipos de adversidad analizados aumentaron el riesgo.
El abuso emocional: el más perjudicial
De todos los tipos de trauma infantil, el abuso emocional tuvo el impacto más fuerte: más de 3.5 veces más riesgo de psicosis.
Este tipo de abuso puede incluir: humillaciones, amenazas, invalidación constante, manipulación emocional o desprecio.
A menudo se invisibiliza, pero deja profundas cicatrices internas. La herida no es visible, pero puede marcar la forma en que una persona se percibe, siente y piensa el mundo.
La psicosis aparece antes en quienes vivieron adversidades
No solo aumenta el riesgo, también adelanta el inicio.
En promedio, las personas expuestas a adversidad infantil comienzan con síntomas de psicosis 9.5 meses antes que aquellas que no vivieron traumas. Eso significa una carga más temprana, más años de sufrimiento y, muchas veces, menos preparación o contención.
¿Afecta distinto a hombres y mujeres?.
Aunque algunas formas de trauma como el abuso sexual afectan más a mujeres, el estudio no encontró diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres respecto al desarrollo de psicosis.
En otras palabras: el impacto del trauma es profundo y generalizado, sin importar el género. Esto refuerza la importancia de mirar la historia infantil en todos los pacientes, sin estereotipos.
¿Qué hacemos con esta información?.
- Prevenir el trauma desde la infancia.
- Detectar y acompañar a tiempo.
- Incluir el enfoque de trauma en el tratamiento de psicosis.
La Dra. Epperson (Universidad de Colorado) lo dijo claro: “la adversidad infantil es un problema global y generalizado. Necesitamos políticas que protejan a la infancia”.
No es solo salud mental, es una cuestión de derechos y cuidado social.
Conclusión
Las heridas emocionales de la infancia no siempre se ven, pero muchas veces se sienten durante toda la vida. Prevenir, cuidar y sanar el trauma infantil no es solo una tarea terapéutica, es una responsabilidad social.
Proteger a la infancia es proteger la salud mental del futuro.
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