Trabajar con familias donde uno o ambos padres tienen un trastorno de personalidad representa un desafío considerable para los profesionales de la salud mental, la educación, y el trabajo social. Estos trastornos, como el trastorno límite de la personalidad (TLP), el trastorno de personalidad narcisista (TPN) o el trastorno de personalidad antisocial (TPA), pueden influir significativamente en la dinámica familiar, afectando no solo a los adultos, sino también a los niños. Por esta razón, es fundamental desarrollar estrategias de apoyo efectivas para garantizar el bienestar de todos los miembros de la familia. Este artículo explora las principales estrategias asistenciales que los profesionales pueden implementar para apoyar a las familias en estas circunstancias.

Estrategias Asistenciales Clave:

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Obtención de Apoyos de Salud Mental Apropiados para Estudiantes;

Es fundamental garantizar que los niños en familias donde los padres tienen trastornos de personalidad reciban el apoyo psicológico adecuado. El estrés y la inestabilidad en el hogar pueden afectar profundamente el bienestar emocional y el rendimiento académico de los niños. Los profesionales deben asegurarse de que estos estudiantes tengan acceso a consejeros escolares, psicólogos, y otros recursos de salud mental que les ayuden a manejar el estrés y desarrollar resiliencia. Además, la educación emocional y los programas de desarrollo socioemocional en la escuela pueden proporcionar herramientas valiosas para que los niños comprendan y manejen mejor sus propias emociones.

Planes de Contingencia en Tiempos de Estrés;

Los momentos de crisis, cuando un padre con trastorno de personalidad está especialmente afectado, pueden ser críticos para el bienestar del niño. Es esencial que se establezcan planes de contingencia específicos para estos períodos de estrés, que incluyan el apoyo de familiares, amigos, o profesionales que puedan intervenir para proporcionar un ambiente seguro y estable para el niño. Estos planes deben ser comunicados claramente y revisados periódicamente para garantizar que se mantengan actualizados y efectivos.

Construir sobre las Fortalezas de los Estudiantes;

En medio de los desafíos, es importante reconocer y fortalecer las habilidades y capacidades de los estudiantes. Los niños en estas circunstancias a menudo desarrollan resiliencia, empatía y habilidades de afrontamiento que pueden ser apoyadas y reforzadas. Los profesionales deben trabajar con los estudiantes para identificar y mantener las actividades y aspectos positivos en sus vidas que los ayuden a sentirse seguros, competentes y apoyados. Esto puede incluir actividades extracurriculares, programas de tutoría, o simplemente fomentar relaciones positivas con compañeros y maestros.

Apoyo Escolar para las Necesidades Básicas del Estudiante;

La escuela puede ser un lugar de refugio y estabilidad para los niños que viven en hogares con alto estrés. Asegurar que las necesidades básicas del estudiante estén cubiertas —como proporcionar uniformes, comida, bebida, y recursos para participar plenamente en la vida escolar— es fundamental. Esto no solo contribuye a su bienestar físico, sino que también ayuda a garantizar que el niño pueda concentrarse en su aprendizaje y desarrollo personal sin las preocupaciones adicionales de las carencias materiales.

Adaptación de Tareas y Requisitos Escolares;

Reflejar sobre las dificultades que un estudiante puede experimentar en el hogar debido al trastorno de personalidad de un padre es crucial para ajustar adecuadamente las expectativas académicas. Adaptar las tareas y las asignaciones para reflejar su situación personal puede reducir el estrés y la presión adicional que estos niños puedan sentir. La comunicación abierta entre la escuela, los padres y el niño es esencial para asegurar que se comprenden y apoyan las necesidades únicas del estudiante.


Apoyar a padres con trastornos de personalidad es un esfuerzo complejo que requiere un enfoque coordinado y sensible. A través de la implementación de estrategias claras y la utilización de recursos específicos, los profesionales pueden marcar una diferencia significativa en la vida de estas familias. Proporcionar apoyo psicológico adecuado, establecer planes de contingencia, centrarse en las fortalezas de los estudiantes, asegurar las necesidades básicas, y adaptar las expectativas académicas son pasos cruciales para fomentar un ambiente más estable y positivo para todos los miembros de la familia.