Las relaciones interpersonales son algo que nos atañe a todos, desde nuestros primeros momentos de vida. En la mayor parte de los casos, la primera relación que se forja es la que se da entre una madre y un bebé. Pero a lo largo de nuestra vida, vamos estableciendo múltiples y diferentes relaciones: con nuestros familiares, con amigos, con compañeros de trabajo, etc…

Lo cierto es que a menudo las relaciones interpersonales pueden ser difíciles e implicar conflictos y desacuerdos. Aunque las discusiones son una parte normal de cualquier relación, los conflictos continuos pueden convertirse en un problema significativo. Estos conflictos pueden ser más acusados en personas con problemas de salud mental, incluyendo a las personas con Trastorno Límite de la personalidad. Es común que las experiencias a lo largo de su vida hayan determinado una manera de relacionarse que implica mayor nivel de conflicto.

Entender las causas comunes de estos conflictos y aprender estrategias efectivas para manejarlos puede mejorar la calidad de nuestras relaciones. A continuación, en un formato muy esquemático, se ofrecen algunos conceptos que se consideran fundamentales para tal objetivo.

Causas de las discusiones

Las discusiones con familiares o amigos pueden ser provocadas por varios factores:

  • Presiones: Las demandas de trabajo, estudio, manejo del dinero o el mantenimiento de relaciones pueden crear una sensación de presión.
  • Expectativas: Las personas pueden esperar que actúes de una manera que no coincide con cómo te sientes, lo cual puede ser debido a diferencias religiosas, culturales o personales.
  • Diferencias de opinión: Es común tener opiniones, valores y creencias diferentes, pero a veces esto puede llevar a conflictos.
  • Malentendidos: Es fácil llegar a conclusiones equivocadas, especialmente cuando se utiliza mensajería de texto o redes sociales, donde se pueden perder el significado y la emoción.
  • Cambios en la vida: Cambios importantes, como una separación, un divorcio, mudarse de casa o la llegada de un nuevo bebé, pueden causar tensiones.

Estrategias para manejar los conflictos

  • Tomarse un tiempo: En el calor del momento, es común enfadarse o decir cosas de las que luego uno se arrepiente. Si te sientes emocionalmente reactivo o vulnerable, tómate un tiempo. Sal a caminar o cuenta hasta diez. Revisa la situación más tarde cuando te sientas más calmado.
  • Reconocer tus sentimientos y factores de vulnerabilidad: Reconocer las diferentes emociones que puedas estar sintiendo y examinar por qué te enfadaste es un paso importante. También es útil explorar qué factores de vulnerabilidad pueden estar presentes en tu vida, como sentirte mal, cansado o molesto por otros asuntos.
  • Buscar apoyo: Habla con alguien fuera de tu círculo familiar o de amigos para obtener una perspectiva diferente de la situación. Esto puede ayudarte a entender por qué hay conflicto y encontrar una solución. Si el conflicto o la discusión es por violencia o abuso y te sientes seguro, cuéntaselo a alguien. Habla con un profesional de la salud mental, tu médico, una asociación de apoyo a víctimas o un amigo.
  • Hablar con la persona con la que has tenido el conflicto: La idea de hablar con la persona con la que has discutido puede parecer muy complejo o incluso imposible. Puedes sentir que es responsabilidad de la otra persona dar el primer paso. Pero a veces, hacer el esfuerzo de resolver algo, sin importar de quién sea la culpa, puede mejorar la situación. Aquí algunos consejos:
  • Aborda el tema cuando te sientas más tranquilo y elige un momento en que es menos probable que te interrumpan.
  • Sé honesto, pero evita usar sarcasmo o hacer comentarios personales. Usa frases como «Me siento» o «Necesito» (por ejemplo, «Me siento molesto e incómodo cuando hablas de mí frente a otras personas»).
  • Escucha lo que la otra persona tiene que decir e intenta entender su punto de vista. Comprender por qué alguien dijo o actuó de cierta manera puede ayudar a reducir las tensiones.
  • Trata de encontrar un compromiso y apégate a él. Si no puedes encontrar una manera de comprometerte, intenta «estar de acuerdo en no estar de acuerdo». Las personas tienen diferentes opiniones basadas en sus propias experiencias, creencias y valores. Que todos somos diferentes es un hecho que ha de ser aceptado.
  • Si has dicho algo con la emoción a flor de piel del momento y luego te arrepientes, discúlpate para aliviar la situación y mostrar a la persona que te importa.

En definitiva, las relaciones interpersonales pueden presentar un gran desafío en muchos momentos de nuestra vida, pero es posible manejar los conflictos de manera constructiva para que hagan el menor daño posible. Tomarse el tiempo necesario para calmarse, reconocer los sentimientos y buscar apoyo son pasos que resultan de gran ayuda para resolver las diferencias y construir vínculos más fuertes. Esta comunicación abierta y honesta es la clave para superar los conflictos y construir relaciones más saludables y satisfactorias.


Información recabada de Project Air Strategy (https://www.uow.edu.au/project-air/), un proyecto que trabaja con personas con experiencia en trastorno de personalidad y cuidadores que apoyan a estas personas. Los recursos se desarrollaron a través de un diseño colaborativo y consultas con personas con diagnóstico de TLP.